El sol, convertido en un círculo rojo, está a punto de tocar el horizonte que, en esta latitud, parece prolongarse infinitamente. A mi derecha, sobre un montículo de grava, descansan los durmientes de la vía férrea, paralelos a la solitaria carretera, trazando una línea recta que se pierde hasta donde la vista alcanza. Mientras conduzco -acompañado únicamente por mi viejo maletín de mano y por un intenso deseo de volver a casa-, la noche se va insinuando, y las primeras estrellas brillan tenuemente en ese firmamento, ahora convertido en un personaje de dos caras: una que se va pintando de un azul profundo hasta convertirse en negro, y otra que arde con el ocaso, flameada por un naranja intenso.
Las primeras señales de presencia urbana aparecen: calles casi desiertas, rótulos dando la bienvenida, un motel de tercera clase, un par de restaurantes ofreciendo “fajitas” y "bbq", y un enorme depósito de agua en el que, desde cualquier parte del pueblo, puede leerse “Refugio Texas” escrito con grandes letras. Doblo en la esquina de una gasolinera que quedó atrapada en los años cincuenta; avanzo dos bloques y luego giro a la izquierda, en la calle de la arboleda. Allí está la casa, a mi derecha; grande, mal pintada y de madera; la hierba en franca rebeldía, y el tejado llorando la ausencia de algunas piezas perdidas. El Porche me enseña, orgulloso, un par de sillas nuevas. Sobre el barandal hay macetas con flores de todos colores recibiéndome alegres. A mis pies, en el pórtico de entrada, me saluda un viejo tapete con sus letras desteñidas, y en el batiente de la puerta -como si me esperara desde hace tiempo- una inquieta campanilla anuncia, a los Madrigal, mi repentina llegada.
Entro por el umbral y la escena de mi última visita se repite: el olor de la merienda –de la que siempre habrá, para mí, un plato-, el reguero de juguetes que han dejado los “chamacos” y las fotografías de “la raza” inundando la estancia. Marta me recibe con un beso, y Bob, sentado frente a la enorme tele en su “la-z-boy”, alza la voz para decirme: “¡Bienvenido a tu humilde rancho, compadre!”, y luego, de manera más discreta, le pide a Marta un par de Budweiser bien heladas, una para él y otra para el recién llegado.
A Bob lo vi por primera vez en el año 87, cuando reparó mi automóvil, en uno de mis viajes a ese estado... Nos hicimos amigos al ritmo del “Tex Mex”, cuando fuimos a comprar las piezas de repuesto a Bownsville, en su enorme Oldsmobile -que tenía asientos de terciopelo color púrpura y adornos por todos lados- Bob Madrigal es un tipo rustico, mejicano hasta el hueso, que no pierde oportunidad para burlarse de mi acento chapín, -siendo, el de él, verdaderamente horrendo-, pero desde que lo conocí, no podría atravesar Refugio sin pasar por su casa, pues eso, más que una ofensa, sería un verdadero sacrilegio.
Fotografía: Deposito de agua de Refugio Texas, tomada por "SAROWEN"
18 comentarios - Escribe aquí tu comentario
Aunque "las primeras estrellas brillan tenuemente" hay una que destaca sobre las demás.....Muy buena narrativa, muy buen relato.......muchisimas gracias. Saludos.
Estupendo texto, muy vívido, me ha transportado en el espacio-tiempo con tus letras.
Un abrazo, Mapache.
P.D.: aquí te dejo un enlace a un video, seguro que ya lo has visto, con el que me reí ayer un buen rato:
Estamos tan acostumbrados a ver en las películas esos pueblos tejanos, que podía visualizarlo con detalle mientras lo leía.
En cuanto al texto, qué decir, exquisitamente narrado, haciendo su lectura fluida, sosegada... una delicia.
Chao
Hola mi querido mapache, ¡que placer leerte!, eres tan brillante y tan sensible en tu narrativa. Gracias.
Escribes pictóricamente Mapache. Enhorabuena por tu texto. He visto en persona estos ranchos varias veces (tengo un vínculo presente con l@s texans) y es tal cual lo describes. Un saludo
Muchas gracias a ti, por ese comentario tan halagador, y por esa primera visita a esta casa, que es para mi todo un honor.
ABRAZOS
Muchas gracias Ravangel... y qué pena que hayas visto ese video... Es que yo era muy joven y atolondrado en ese tiempo. Me habían echado de casa, dormía en las calles y tenía mucho frío, por eso robaba felpudos, para cubrirme en las noches, JAJAJAJAJAJAJA.
Qué alegría volver a verte por acá
BESOS PARA TI
Muchísimas gracias Emanuel, tus palabras levantan mi ánimo.
¿Podrías dejarme la dirección de tu blog?
DE NUEVO GRACIAS.
Yo digo lo mismo de ti, porque es todo un placer leerte.
Gracias por tus deliciosas palabras.
BESOS
Ahhhh... que sabrosas palabras para mi alterego -el que sueña con ser escritor-
¿Tienes vínculos con Texan people? Yo conozco muchos texanos, y conozco todo Texas (cada pueblo y ciudad) Aunque hace mucho que no he estado allá. De los lugares que conozco de la Unión Americana, Texas es mi estado preferido.
Muchas gracias, Chispark.
ABRAZOS
Es cierto, deberías escribir y publicar. Lo haces rematadamente bien ! Un beso !
Ahhh... Pues muchísimas graciasmi querida amiga... eso es algo que me encantaría, para llegar a eso, habría que caminar un largo, largo... largo, y muy estrecho trecho
BESOS Y MAS BESO PARA TI
Pasando a leer y aqui estaremos muy frecuentemente comentando de tus escritos que son interesantes
Como suele decirme mi amigo Bob cuando logro visitarlo: "Bienvenido a tu humilde rancho"
Un placer recibir tu visita en El Espacio Intermedio.
ABRAZOS
Por supuesto, coge lápiz y papel:
www.librodearena.com/emmanuel
Nos vemos por aquí, o por allá.
Chao
Emanuel: cada vez que dejes un comentario escribe tu dirección en el espacio que dice "Tu página web", eso hará que tu nombre aparezca en color anaranjado (convertido en link para tu blog)
Gracias por la información... te visitaré prego.
ABRAZOS
Ya ves, en mi blog te has encontrado con Suzie Q. Yo me encuentro aquí con una de mis pasiones: la puesta de sol. Casi todos los días salgo a ver cómo se va ocultando en el mar y jamás deja de emocionarme. También me reconozco en tu fidelidad a los amigos. Y lo que me pierde es la Budweiser...ninguna como ella.
Aprovecho para decirte que soy fanática de 'La insoportable levedad del ser'
Un beso enorme.
PD: Ojalá este distanciamiento entre Patricia y tú se resuelva pronto (lo has dicho en otro blog, ¿recuerdas?). A mi también me encanta 'Something'
¡Mira nada más! Quien iba a decir que teniendo maneras de pensar que a veces se contraponen, tendríamos tantas afinidades.
Gracias por tus buenos deseos, y por la visita, pues esta mañana (aquí son las 6:30) me ha levantado el ánimo a pesar de la insoportable levedad de mi ser.
BESOS AGRADECIDOS